Todos los días leo asterix y obelix y me gusta mucho. Ahora tengo uno nuevo que se llama asterix gladiador. El que mira mis dibujos y no deja comentarios tiene cara de chancho

Tuesday, June 20, 2006

El caballo liberado

En un campo lejano vivia un caballo (de un circo). El domador era muy malo, obligaba a los caballos a saltar en aros de fuego, a los delfines dar vueltas al estanque veinte veces y a los leones a comer tanto hasta hacerlos casi explotar. Un día, el domador quiso hacer ¡el acto más fantástico del mundo! El acto era así: los leones se pararían todos solo sobre una pelota de fútbol, en un pie; los delfines tendrían que saltar treinta aros de fuego mientras daban vueltas al estanque y por último los caballos se quedarían sin hacer nada. Los payasos y domadores del circo se preguntaron
-¡Cómo puede ser!
-¿Cómo todos van a poder hacer un acto pero los caballos no?
El domador respondió con estas palabras
-No hay ningún acto para los caballos -aunque no lo decía levantando mucho la voz.
Los domadores respondieron
-Cierto.
Y los payasos dijeron esto
-Entonces podríamos echar a los caballos
-¡Oh, no! -dijo el domador-. Si los echara perdería mucha plata en lo que he gastado para tener esos caballos.
-Entonces podemos disfrazar a los caballos de animales que puedan hacer más trucos.
Todos estaban de acuerdo. Disfrazarían a los caballos de otros animales. A los caballos blancos los disfrazarían de canguros y los harían saltar por todo el escenario cuarenta veces. A los caballos negros los disfrazarían de burros y por último, quedaba un caballo. ¿Qué haría ese caballo?, se preguntaban todos los miembros del circo. Los domadores habían decidido dejarlo en libertad.
-No -decían los payasos.
-No es decisión suya -dijo el domador.
Así, lo dejaron en libertad.

El acto se arruinó, el público se dio cuenta que los animales disfrazados eran caballos. Los caballos terminaron muy humillados, corriendo destruyendo todo el circo. Todos los caballos se humillaron menos uno. El que nunca se quejó, fue fiel y solo por eso lo dejaron en su justa libertad.

¡llegó el fin!